viernes, 30 de agosto de 2013

Huir



No hace mucho, quizás unos meses, mi madre me dijo que "debería dejar de preocuparme y empezar a ocuparme de las cosas".
En ese momento no lo comprendí muy bien, y a día de hoy aun estoy analizando la frase. Pero en fin, las madres siempre tienen la razón, ¿no?

Pero no.
Ya me gustaría dejar de preocuparme. En ningún momento lo quise. No puedo, simplemente, hacer que nada me importe...y ojalá pudiese. 
Ojalá pudiera mandarlo todo a la mierda y no tener que cuidar de nadie. No tener que estar siempre pendiente de lo que ocurre a mi alrededor. De lo que hace ése o lo que dice el otro. De quién se ha sentido ofendido por qué cosa. Del que lo está pasando mal ahora. No quiero tener que estar siempre en la sala de espera, impotente y con el corazón en un puño. No tener que salir corriendo cada dos por tres por una emergencia ajena. Odio tener que estar mandando mensajes de apoyo, tener que estar siempre ahí mientras nadie está aquí. Estoy harta de tener que ofrecer mi hombro para llorar, de tener que pasar los cleenex y que luego no me queden para mí. No quiero estar constantemente planificando sus futuros cuando aun no tengo claro siquiera qué voy a hacer con el mío.
Odio sus constantes quejas. Odio el sufrimiento de los demás, pero no de un modo caritativo, lo odio porque no lo aguanto, porque me quema por dentro vivir en un mar de reproches a todo. No quiero tener que cuidar mis palabras. Quiero llorar cuando me sienta triste, aunque sea llorar lo llorado, y no tener que taparme con el flequillo cada vez que tenga los ojos hinchados. Quiero poder cabrearme cuando me venga en gana. Chillar y aporrear la pared si me apetece. Quejarme de la mierda de día que he pasado y de cuanto me duele la espalda, sin que venga ningún soplapollas a decirme que su día ha sido peor, porque me importa una real mierda como le haya ido el día a cualquiera que no sea yo. Pero claro, eso sería feo y egoísta. 

En el fondo, lo único de lo que no me preocupo ni me ocupo, es de mí misma, porque al fin y al cabo, mi vida la forma todo lo demás.
Quizás me siento mejor así, dejando que me ampare la (mala)suerte. O quizás sólo deseo huir y dejarlo todo....y que le follen al resto.

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